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miércoles, 29 de agosto de 2007

Yue sigue marcando hoy mis entradas en el blog

Hemos tenido desde ayer dos video-conferencias con Antonio y Raquel desde la ciudad de Nangchan. Por tanto disfrutando con la contemplación de la chiquitina en brazos de sus padres, toqueteando todo mientras balbucea, tan curiosa tocando todo estaba, que en un momento la pobre se dió un coscorrón contra la mesa, lloró , pero con su buen caracter inmediatamente volvía a jugar y toquetear todo. Cuando nosotros llamábamos su atención, miraba atenta a la pantalla del ordenador y sonreía. ¡Qué maravilla de Internet!



Yue en su baño matinal.

Esta noche a la una de la madrugada esperamos su llamada de video-conferencia, allí serán las 8 de la mañana y estarán recién levantados.

Raquel, para recibir a su niña, se ha estado preparando para intentar, si la niña quisiera, darle de mamar e intentar de esa forma que pudieran beneficiarse ambas de ese vínculo maravilloso que se establece entre madre e hijo en el momento de dar el pecho, y que su hija pudiera disfrutar de algo que las circunstancias de su vida le habían negado.



Yue mamando.

Al primer intento de ofrecerle esa posibilidad, la niña con su instinto maravilloso, a sus ocho meses, se cogió al pecho y mamó. Sigue haciéndolo (de postre o aperitivo, como dice Raquel) y madre e hija, en el mejor de los mundos.

En el Registro de Nangchan.


La chinita amarilla con el traje amarillo

Pleamar en Playa Honda

Esta mañana me ha llamado la atención cómo la pleamar ha ocupado gran parte de la playa, por tanto, teniámos que estar sentados rodeados de mar por todos los lados.


Bañistas rodeadas por el mar.

Cuando coincidimos en el baño con marea alta es delicioso y el nombre del barrio cobra todo su sentido, pues la playa se convierte realmente en "playa honda".

Playa invadiéndose por la marea alta.



Casi no queda espacio...

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