A poco más o menos de 27 kilómetros hacia el sur y en plena zona del Parque del Timanfaya, está situado El Golfo; zona antigua de pescadores al borde mismo del mar y fin obligado de trayecto por encontrarse rodeado del "malpaís" o terreno de lava. Por tanto, imposible de transitar hacia el norte.
Antes de iniciar la bajada al Golfo, y después de un cambio de rasante, aparece una vista espectacular. El mar situado al fondo enmarcando al pequeño pueblo blanco y azul. Dominándolo todo un mar de lava.
Restaurantes de la zona
Justo al borde del mar
Antonio sentado junto al mar
Disfrutando de un alto en el camino
A la izquierda del pueblo, hay un camino estrecho a media ladera que une El Golfo con el Charco de los Clicos. Con el nombre de charco se refiere a una laguna natural de color verde esmeralda, (el color se lo proporcionan unas algas), sitúada en una playa recoleta de arena completamente negra. Todo esto es un espectáculo para la vista.
Aunque la actividad turística en estas dos zonas es enorme. Trascurre a lo largo del día y en ningún momento es ominosa.
El Charco de los Clicos
La gente pasea y goza en los restaurantes de tapas tan exquisitas como las lapas con mojo verde, "papas" arrugadas, pescados a la espalda, mousse de gofio, bienmesabe (dulce típico canario), etc. etc.
He disfrutado con la decisión tomada por la mañana y en vista que va cayendo el sol, cojo los bártulos y vuelvo a casa.