Un mundo aparte es la Medina, ciudad antigua, amurallada, que engloba la
Plaza Jamaa el Fna y su amplísimo y laberíntico Zoco.Sus calles, estrechas, abigarradas de gente y movimiento de vehículos,
grandes y pequeños. Multitud de pequeñas tiendas y talleres de todo tipo,
confieren a su entorno, constancia de Vida.
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Parte de la muralla que rodea la Medina |
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La Koutoubia |
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Muralla del Palacio Real |
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Explanada del Palacio Real |
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Casino de Marrakech |
Hay hoteles, llamados Riad, situados en viejas casas restauradas a tal fin,
guardando todo su carácter árabe.
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Riad en el Zoco |
Me ha llamado la atención, la circulación en las dos zonas de Marrakech.
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Plaza de Hamaa El Fna
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La misma Plaza, durante la noche |
Carritos pequeños, tirados por un burro, coches de caballos, ciclistas,
motos con: una, dos, tres y hasta cuatro personas ocupándolas (padre,
madres y dos hijos...) todo esto en "armonía" o
"desarmonía" con multitud de peatones, afanándose en convivir, o
mejor sobrevivir, unos con otros. Todos se adaptan y se cruza la calle, como se
puede... más o menos bien. ¡Hay que ser muy ágil y hábil para conducir allí!
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Con el burro hasta el fin del mundo |
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Calle del Zoco |
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Cerca de la Plaza |
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Un día cualquiera por el Zoco |
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Una calle cualquiera del Zoco |
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Precioso artesonado en el Zoco |
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Pasadizo entre dos calles |
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Bazar con cerámica |
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Bazar lleno de color |
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Palmeras con hijos |
Caminando por el Zoco, cuando te ven e intuyen que eres turista, siempre hay
quién quiere hacer de guía o hacerse fotos contigo, eso sí, a cambio de unos
pocos dirham.
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Antonio padre, Antonio hijo y un aguador ( el aguador es el del centro) en la Plaza Hamaa El Fna |
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Padre e hijo ahora con dos aguadores |
En una tenería nos mostraron el proceso que siguen para curtir las diferentes pieles de: cabras, camellos, caballos y vacas.
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En el edificio rojo estaba la Tenería |
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Pozas donde introducen las pieles por espacio de meses...dándoles diferentes tratamientos. ( el perro duerme placidamente) |
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Fotografíada con un Bereber del antiguo Protectorado español |
A la entrada de la tenería, nos dieron un buen manojo de hierbabuena, para
mitigar el olor de los diferentes recintos. No usan productos químicos, sino
naturales, como por ejemplo el guano de palomas.
Antonio, mi hijo, por su buen francés y costumbre en el lugar, discutía y
negociaba cuando se terciaba, que era frecuentemente.
Un profesor marroquí y su mujer, Hanane, Khalid y su hijo Ali, amigos de mi hijo Antonio, nos invitaron a
comer en su casa, junto a Tomás Rodriguez Monago, su amiga Victoria Llamas y Rogelio Aranda.
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Hanane, Tomás y Khalid |
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Ali, en brazos de Tomás |
La comida tiene su propio ceremonial. En primer lugar y para darnos "la
bienvenida" a su casa, nos sirvieron té acompañado de gran variedad de
dulces marroquíes. A continuación dispusieron sobre la mesa un gran recipiente
con Cous-cous de legumbres, verdura y carne.
Habitualmente ellos lo toman con
la mano. A nosotros nos ofrecieron tomarlo con cuchara, cosa que agradecimos.
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Victoria, Antonio y yo misma delante del Cous-Cous |
Al finalizar este plato,
utilizaban
un lavamanos de plata, precioso con su jarra
correspondiente.
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Lavamanos que se utiliza entre plato y plato. |
A continuación sirvieron "Tajine" de cordero, aderezado con
ciruelas, dátiles y ajonjolí o sésamo. Este guiso se prepara con un utensilio
especial de barro en forma de chimenea (tajine). Ahí si hubo que tomarlo con los dedos y
ayudados de un pan especial que ellos prepararon en la casa.
Lamentaron no poder
ofrecernos tenedores, pues
no los utilizan.
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Foto hecha por Rogelio. De izquierda a derecha: Hanane, Ali, Tomás, Victoria, "la bloguera" Antonio y Khalid |
De postre nos sirvieron un dulce idéntico a uno que se prepara aquí en Lanzarote. ¡Es curioso! A base de gofio (harina de maíz tostado), amasado con aceite de oliva, azúcar, sésamo, almendras y pistachos picados. Este postre, probablemente lo trajeron aquí los bereberes.
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En nuestro peregrinar, haciendo un alto en una terraza, esperando unos helados y té. |