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miércoles, 16 de mayo de 2012

VIAJE A MARRAKECH 2ª Parte

Un mundo aparte es la Medina, ciudad antigua, amurallada, que engloba la Plaza Jamaa el Fna y su amplísimo y laberíntico Zoco.Sus calles, estrechas, abigarradas de gente y movimiento de vehículos, grandes y pequeños. Multitud de pequeñas tiendas y talleres de todo tipo, confieren a su entorno, constancia de Vida.

Parte de la muralla que rodea la Medina

La Koutoubia
Muralla del Palacio Real

Explanada del Palacio Real

Casino de Marrakech
Hay hoteles, llamados Riad, situados en viejas casas restauradas a tal fin, guardando todo su carácter árabe.

Riad en el Zoco
Me ha llamado la atención, la circulación en las dos zonas de Marrakech.

Plaza de Hamaa El Fna

La misma Plaza, durante la noche

Carritos pequeños, tirados por un burro, coches de caballos, ciclistas, motos con: una, dos, tres y hasta cuatro personas ocupándolas (padre, madres y dos hijos...) todo esto en "armonía" o "desarmonía" con multitud de peatones, afanándose en convivir, o mejor sobrevivir, unos con otros. Todos se adaptan y se cruza la calle, como se puede... más o menos bien. ¡Hay que ser muy ágil y hábil para conducir allí!

Con el burro hasta el fin del mundo

Calle del Zoco

Cerca de la Plaza


Un día cualquiera por el Zoco

Una calle cualquiera del Zoco

Precioso artesonado en el Zoco

Pasadizo entre dos calles

Bazar con cerámica

Bazar lleno de color

Palmeras con hijos

Caminando por el Zoco, cuando te ven e intuyen que eres turista, siempre hay quién quiere hacer de guía o hacerse fotos contigo, eso sí, a cambio de unos pocos dirham.


Antonio padre, Antonio hijo y un aguador ( el aguador es el del centro) en la Plaza Hamaa El Fna
Padre e hijo ahora con dos aguadores

En una tenería nos mostraron el proceso que siguen para curtir las diferentes pieles de: cabras, camellos, caballos y vacas.

En el edificio rojo estaba la Tenería

Pozas donde introducen las pieles por espacio de meses...dándoles diferentes tratamientos. ( el perro duerme placidamente)

Fotografíada con un Bereber del antiguo Protectorado español
A la entrada de la tenería, nos dieron un buen manojo de hierbabuena, para mitigar el olor de los diferentes recintos. No usan productos químicos, sino naturales, como por ejemplo el guano de palomas.

Antonio, mi hijo, por su buen francés y costumbre en el lugar, discutía y negociaba cuando se terciaba, que era frecuentemente.

Un profesor marroquí y su mujer, Hanane, Khalid y su hijo Ali,  amigos de mi hijo Antonio, nos invitaron a comer en su casa, junto a Tomás Rodriguez Monago, su amiga Victoria Llamas y Rogelio Aranda.
Hanane, Tomás y Khalid
Ali, en brazos de Tomás
La comida tiene su propio ceremonial. En primer lugar y para darnos "la bienvenida" a su casa,  nos sirvieron té acompañado de gran variedad de dulces marroquíes. A continuación dispusieron sobre la mesa un gran recipiente con Cous-cous de legumbres, verdura y carne.

 Habitualmente ellos lo toman con la mano. A nosotros nos ofrecieron tomarlo con cuchara, cosa que agradecimos.

Victoria, Antonio y yo misma delante del Cous-Cous



Al finalizar este plato,  utilizaban  un lavamanos de plata, precioso con su jarra correspondiente.

Lavamanos que se utiliza entre plato y plato. 
A continuación sirvieron "Tajine" de cordero, aderezado con ciruelas, dátiles y ajonjolí o sésamo. Este guiso se prepara con un utensilio especial de barro en forma de chimenea (tajine). Ahí si hubo que tomarlo con los dedos y ayudados de un pan especial que ellos prepararon en la casa.
Lamentaron no poder ofrecernos tenedores, pues  no los utilizan.


Foto hecha por Rogelio. De izquierda a derecha: Hanane, Ali, Tomás, Victoria, "la bloguera" Antonio y Khalid

De postre nos sirvieron un dulce idéntico a uno que se prepara aquí en Lanzarote.  ¡Es curioso!  A base de gofio (harina de maíz tostado), amasado con aceite de oliva, azúcar, sésamo, almendras y pistachos picados. Este postre, probablemente lo trajeron aquí los bereberes.

En nuestro peregrinar, haciendo un alto en una terraza, esperando unos helados y té.