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sábado, 8 de marzo de 2008

Charco de San Ginés

Esta tarde acompañé a Joaquín a Ikea, pues quería comprar algunas cosas para su casa y despues de cargar con media tienda, nos fuimos a su casa, ya que le apetecía que viera como está quedando la pintura que ha puesto.

Aunque ya estaba anocheciendo y quedaba muy poquita luz, no he podido resistir la tentación y me he dispuesto a hacer unas fotos.

Están tomadas desde su terraza.


Charco de San Ginés. Al fondo a la izquierda, la Iglesia de San Ginés y el centro de Arrecife.



Charco de San Ginés desde la casa de Joaquín.

lunes, 3 de marzo de 2008

Coloquio con María Kodama y José Saramago

Ayer sábado día 1 de Marzo, se celebró en la Fundación José Saramago, un coloquio, primero de los que se celebrarán en el futuro, con María Kodama, viuda de Jorge Luis Borges, y José Saramago en la Biblioteca de la Fundación.



Vista de la Biblioteca de la Fundación José Saramago.


Zona izquierda de la Biblioteca.

Esperando el comienzo del Coloquio. Hubo gran afluencia de gente. Más de 80 personas.

Las crónicas reflejan a María Kodama, escritora y traductora como una mujer que siempre profesó una gran pasión por la cultura, por su independencia personal y por el propio Borges, como maestro y como compañero.

Fotografía de Borges y María Kodama.

Lo conoció con 12 años, en una conferencia. Y a los 16 empezó a estudiar inglés y finlandés con él. Fué su discípula, su amiga y una gran admiradora de su persona y su obra. Se casó con él, por poderes, en 1986, poco antes de que falleciese. Y conoció una cascada de reproches mediáticos.


De izquierda a derecha, María Kodama, José Saramago y de pie, Pilar del Río, que hizo la presentación.


María Kodama.


José Saramago.

El coloquio que ofrece lo titula "Hablando de Borges" para responder sobre la obra, la vida y las letras que siempre envolvieron a un Borges. al que tildan de tímido y voraz lector.

El coloquio fué muy interesante entre José Saramago, que nunca llegó a conocer a Borges, y los relatos sobre el escritor, que hizo una María Kodama, dulce, firme y elegante en todas sus intervenciones. Realmente consiguió que conocieramos mejor a Borges y que también pudieramos conocerla a ella.


Ha sido una ocasión exepcional, el poder disfrutar de la compañía de una gran mujer, como Maria Kodama y de un premio Nobel como José Saramago.