Una tarde nos encaminamos hacia allí, con seis coches. Pareciamos una comitiva mafiosa... Afortunadamente para nosotros y al ser fín de semana, no había nadie por los caminos, a quién darle explicaciones, por estar transitando por una Propiedad Privada.
La Mata del Viso |
En Cañada Alta, pasamos muchos veranos, así como Navidades y Semanas Santas de nuestras vidas, por tanto con muchísimos recuerdos, de infancia y juventud.
Para mí, personalmente, al acercarnos por el carril de la "Mata del Viso", y ver al frente el cortijo, fué un momento de gran impacto, que no esperaba en absoluto. ¡Qué emoción ! No pude contener las lágrimas... ¡Hacía muchos años que estuve allí por última vez! ¡Cuántos recuerdos de momentos y personas...!
Paseamos por dónde quisimos. Reviviendo en todo momento miles de situaciones vividas, que la generación de los hermanos, teníamos.
Fran, Paloma y Germán |
Pilar con su chiquitina |
Pudimos ver la grandiosa y acogedora encina, (localmente se les llama "chaparras") que tantas tardes nos reunió bajo su sombra. Con el columpio que teniamos montado en una de sus ramas...¡que allí estaba! Meriendas, y diferentes reuniónes familiares, cuando en verano, venían a visitarnos, los abuelos Lein y los tios.
La Chaparra |
Vista sur y al fondo el Castillo de Moclín |
La vista que teníamos frente al porche de la casa. En la actualidad el porche ha sido modificado, perdiendo por tanto todo su caracter.
Por las noches, nos reuníamos todos, contemplando el cielo, todo estrellado, desde la obscuridad. Afortunadamente, no habia luz eléctrica.
Nuestra madre, en alguna ocasión nos recitaba alguna poesía de las que tanto le gustaban. Los caseros, Frasquito y Leonor, con su hija Mode, a veces nos contaban historias de su pueblo y con la Seño, cantábamos canciones.
¡Cuánta vida había en esa época en el campo!
El cortijo de El Montiscal, está donde estaba... y como estaba... y hace... ¡tantos años!
En ocasiones íbamos a visitarles.
A la derecha, vista Este de Cañada Alta y al frente El Montiscal |
Paloma, yo misma, Jose-Manuel y Alfonso rodeando al viejo tractor Lanz (increible que aún estuviera allí) |
Deambulando por los caminos |
Alfonso caminando por el Haza del Cuello |
Otra generación. Rita y Paloma con sus peques |
Luego, con tristeza tuvimos que decir adios a todo lo que nos rodeaba y volverlo de nuevo a los recuerdos, lo que por unos momentos nos había vuelto a pertenecer. Los jovenes y pequeños pudieron disfrutar con nosotros, con las cosas que les contábamos de nuestras largas estancias allí.
Viviremos con el maravilloso recuerdo de estos días, esperando la organización y el disfrute del próximo encuentro o quedada familiar.
¡¡Así lo espero y lo deseo!!