Vistas de página en total

sábado, 7 de julio de 2012

2ª Parte REUNIÓN FAMILIAR

La Casa Rural, estaba relativamente cerca de nuestro antiguo cortijo de Cañada Alta. ¡Dónde tantas vivencias teníamos!
Una tarde nos encaminamos hacia allí, con seis coches. Pareciamos una comitiva mafiosa... Afortunadamente para nosotros y al ser fín de semana, no había nadie por los caminos, a quién darle explicaciones, por estar transitando por una Propiedad Privada.



La Mata del Viso

En Cañada Alta, pasamos muchos veranos, así como Navidades y Semanas Santas de nuestras vidas, por tanto con muchísimos recuerdos, de infancia y juventud.
Para mí, personalmente, al acercarnos por el carril de la "Mata del Viso", y ver al frente el cortijo, fué un momento de gran impacto, que no esperaba en absoluto. ¡Qué emoción ! No pude contener las lágrimas... ¡Hacía muchos años que estuve allí por última vez! ¡Cuántos recuerdos de momentos y personas...!
Paseamos por dónde quisimos. Reviviendo en todo momento miles de situaciones vividas, que la generación de los hermanos, teníamos.




Fran, Paloma y Germán


Pilar con su chiquitina

 Pudimos ver la grandiosa y acogedora encina, (localmente se les llama "chaparras") que tantas tardes nos reunió bajo su sombra. Con el columpio que teniamos montado en una de sus ramas...¡que allí estaba! Meriendas, y diferentes reuniónes familiares, cuando en verano, venían a visitarnos, los abuelos Lein y los tios.



La Chaparra


Vista sur y al fondo el Castillo de Moclín
La vista que teníamos frente al porche de la casa. En la actualidad el porche ha sido modificado, perdiendo por tanto todo su caracter. 
Por las noches, nos reuníamos todos, contemplando el cielo, todo estrellado, desde la obscuridad. Afortunadamente, no habia luz eléctrica.

Conversaciones, historias que se relataban. Unas fantasía, otras reales. Nuestro padre nos ilustraba sobre lo que veíamos del firmamento, la galaxia, las estrellas, - recuerdo perfectamente la historia de Antares -.
Nuestra madre, en alguna ocasión nos recitaba alguna poesía de las que tanto le gustaban. Los caseros, Frasquito y Leonor, con su hija Mode,  a veces nos contaban historias de su pueblo y con la Seño, cantábamos canciones.

¡Cuánta vida había en esa época en el campo!
El cortijo de El Montiscal, está donde estaba... y como estaba... y hace... ¡tantos años!
En ocasiones íbamos a visitarles.

A la derecha, vista Este de Cañada Alta y al frente El Montiscal

Paloma, yo misma, Jose-Manuel y Alfonso rodeando al viejo tractor Lanz (increible que aún estuviera allí)
Deambulando por los caminos


Alfonso caminando por el Haza del Cuello

Otra generación. Rita y Paloma con sus peques
Yo aproveché y me traje como recuerdo dos piedras de pedernal, para chocarlas, que salten chispas de fuego y luego, oler la pidra con ese olor tan característico...

Luego, con tristeza tuvimos que decir adios a todo lo que nos rodeaba y volverlo de nuevo a los recuerdos, lo que por unos momentos nos había vuelto a pertenecer. Los jovenes y pequeños pudieron disfrutar con nosotros, con las cosas que les contábamos de nuestras largas estancias allí.

Viviremos con el maravilloso recuerdo de estos días, esperando la organización y el disfrute del próximo encuentro o quedada familiar.
¡¡Así lo espero y lo deseo!!

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha encantado tu crónica, me ha hecho sentirme como si hubiera ido, pena que no pudiera ir!! Pero el año que viene sí que iré.

Un beso,
Laura

Marita dijo...

¡Gracias Laura por tu interés en mi Blog!

Valeriano dijo...

Marita, no tengo el gusto de conocerte, pero si Cañada Alta y el Montiscal. Allí creció mi padre y vivieron mis abuelos, todos ellos desaparecidos hace años y que seguramente te conocieron. Comparto el amor por esa tierra, esas chaparras, esos olivos, y sobre todo el pino de las laderas del Montiscar. Gracias a esto de internet hemos podido compartir nuestro amor por esa nuestra tierra

Marita dijo...

Valeriano, gracias por tu comentario, ¡qué gusto el poder contactar contigo, a través de mi blog...!¡Milagros de la tecnología...!
Me gustaría saber, el nombre de tus padres o abuelos, pues fueron muchos veranos los que pasábamos allí con gran intensidad, y como dices, es muy probable que los conociera.

Anónimo dijo...

La tecnología pone zancadillas

Anónimo dijo...

¡Hola Marita! he logrado eludir la zancadilla de la tecnología y voy a contarte que yo soy Rafalito como me dicen mis sobrinos, entre ellos Valeriano, hijo de Patri y nieto de Lola e Isidro y sobrino de Fermín: tus antiguos vecinos del Montiscal.
Yo era el menor de los tres hermanos. Mis padres y mis hermanos fallecieron hace algunos años.
De vosotros, me acuerdo mejor de Alfonso porque a principios de los setenta fue el último verano que pasé en el cortijo y de camino de Pedernales al Montiscal, seguido de unas pocas cabras, me paraba en Cañada Alta y hablaba con Alfonso y los caseros. Mi madre y mi hermana me hablaban de vosotros y en especial de Paloma.
Ya que conozco tu blog seguiré haciéndote algún comentario si tú así lo deseas.
Un abrazo y recuerdos para los tuyos.

Anónimo dijo...

Marita, se lo comenté a mi querido tío Rafalito, y he visto que rápidamente te ha escrito un comentario dándote más detalles. Por el nombre que le has puesto al blog, y alguna foto que he visto, imagino, y si no es así siento el equívoco, que vives en Lanzarote. Aunque ahora vivo en Badajoz, he estado 12 años viviendo en Las Palmas de Gran Canaria, y he visitado Lanzarote en muchas ocasiones, y como no he estado en Playa Honda. Allí realicé mi primer viaje con mi actual mujer, y muchos de mis más bellos recuerdos están asociados a esa tierra de casas blancas, tierras volcánicas y ese azul tan intenso del mar. Nada me podía hacer imaginar que allí al lado había alguien que compartía mi amor por esa tierra del Montiscal y Cañada Alta. Un fuerte abrazo.