Eran los primeros reflejos del sol sobre las montañas. No pude resistir la tentación y me dispuse a fotografiar lo que veía.
Las luces en Lanzarote te cautivan siempre.
Por la tarde, decidimos salir a pasear. Bajar a la playa y ver desde cerca, los dibujos que el viento deja sobre la arena. Ese viento que convierte a Lazarote en los días de calor, en un lugar con un clima delicioso. Completamente primaveral.
Al borde del camino por la zona de Aeropuerto. ¿podría ser un cuadro abstracto?...
Es increible y curiosísimo el efecto del aire sobre la arena. Parece que sigue una cadencia y de pronto cambia, para seguir otra. Son mágicos los dibujos que va creando y me fascinan.
¡Qué maravillosa tarde!
Autoretrato